Cuando hablamos del triángulo de trabajo en una cocina, nos referimos al principio en el que el frigorífico, la placa de cocción y el fregadero, se colocan de tal manera que se crea un área de trabajo en forma de triángulo.
Así, este triángulo conecta 3 áreas de trabajo principales en una cocina, donde la suma de los tres lados que los unen no debe exceder los 6,50 m. aproximadamente.
Si estos márgenes no se respetan, tendremos una cocina donde la sensación de no tener espacio estará presente. Por el contrario, si disponemos de más espacio, no será nada fluido ni práctico. Conseguir el equilibrio en este triángulo, nos simplifica la cocción y al mismo tiempo, reducirá el tráfico en el lugar de trabajo.
Hoy en día, este triángulo se ha ido adaptando a las nuevas realidades de cocinas abiertas a salones y comedores, por lo que se ha hecho más difícil colocar los electrodomésticos en un diseño triangular rigurosamente organizado. En este sentido, la cocina se concibe como un lugar para la socialización y trabajamos más en ese espacio que antes. Y para lograr eso, la división de la cocina en zonas de trabajo, maximiza la eficiencia de cualquier espacio.
Por ello, en espacios abiertos, se le da más prioridad a las zonas de trabajo, que consisten en agrupar los accesorios y dispositivos de acuerdo con el uso. Por lo que cada zona de trabajo contendrá todo lo que necesitemos para realizar una tarea específica.
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